Es un recorrido sinuoso y exigente, con toboganes al inicio y con dos subidas importantes, las del Gaintxurizketa y el Alto de Miracruz, por lo que no podemos pretender participar en esta prueba sin haber hecho una buena preparación.

El ambiente es una pasada, ya sólo al llegar a Behobia te da un subidón de adrenalina y estás deseando empezar a correr. Como la salida es por cajones, según el color de la inscripción (para poder escoger color de dorsal a la hora de realizar la inscripción hay que acreditar tiempo, ya sea en ediciones anteriores o en medias maratones de los tres años anteriores, si bien luego no te piden justificar), te tocará esperar más o menos tiempo y es lo que se hace más pesado, sobre todo si está lloviendo (te recomiendo que te lleves un poncho para cubrirte hasta que salgas), algo habitual por esas fechas. Luego te encontrarás, durante todo el recorrido, mucha gente animando, sobre todo en determinadas zonas como Rentería o en el Alto de Miracruz, donde los pelos se te ponen de punta porque podrás sentir lo que sienten los ciclistas al subir un puerto con gente animando a ambos lados. Es una auténtica pasada.

Lo primero que hay que hacer al llega (dependiendo de la hora a la que llegues) es ir a los camiones de consigna para dejar tu mochila ya que hay una hora tope de recogida. Te vendrá muy bien para despreocuparte de tus pertenencias, que encontrarás en Donosti cuando llegues y las podrás recoger tranquilamente.

Entrando ya en lo que es la valoración de la prueba, la verdad es que, aunque tiene sus áreas de mejora, podemos decir que está bastante bien organizada: tiene una buena página web, antes de la prueba te envían información por correo electrónico, te entregan una revista informativa, una camiseta de muy buena calidad, buenos avituallamientos agua y bebida isotónica (aunque en alguna edición en la que ha hecho calor, como el año pasado, hubo escasez sobre todo para los corredores de los últimos cajones de salida), variedad en el avituallamiento final con entrega de medalla, zonas de masajes o entrega de productos de colaboradores en la zona de llegada,.

Eso sí, si quieres participar en esta prueba tendrás que apuntarte con mucha antelación ya que, aunque es en noviembre, las inscripciones se abren en mayo y si es la primera vez que participas deberás hacerlo muy rápido porque se terminan enseguida. No obstante, si ya has participado tres años podrás hacerlo cómodamente porque hay un plazo específico para ello. Lo sorprendente es que para esta edición de 2.016, en septiembre sigue habiendo plazas libres cuando otros años se han agotado a los pocos días de la apertura del plazo de inscripción.

Pero no todo iba a ser buenas noticias. Principalmente veo dos hándicaps importantes: uno es el precio de la inscripción, que es excesivamente elevado y otro es la masificación de corredores durante el recorrido que, sobre todo al principio, hará que te cueste coger tu ritmo de carrera. En cuanto al primero, si tenemos en cuenta el precio medio de una media maratón (por comparar con otra prueba de distancia similar) suele rondar los 20-25 € o incluso menos, el de la Behobia son 45 € nada menos, es decir, casi lo que cuesta la inscripción a un maratón (por ejemplo, el de Donosti, que cuesta poco más de 50 €). No recuerdo una media maratón que tenga ese precio. Incluso hace poco incrementaron el precio de la inscripción sin ampliar servicios y eso a pesar de que también aumentaron el número de plazas lo cual es obvio que incrementa las ganancias de los organizadores.

En cuanto al número de inscritos, esta edición según datos obtenidos de la página web, se ha limitado a 35.000, lo cual me parece que es una cifra desproporcionada para un recorrido de 20 kilómetros, por mucho que las salidas sean por cajones. De hecho, como a la hora de realizar la inscripción tienes que elegir color de dorsal en función del tiempo acreditado y luego la organización no comprueba que ese tiempo sea real (es materialmente imposible hacerlo con 35.000 inscripciones) da lugar a la picaresca ya que muchos corredores, para no tener que esperar mucho cogen un color que correspondiente a uno de los primeros cajones. Ese excesivo número de plazas hace que el recorrido esté continuamente lleno de corredores, lo cual hace muy difícil que puedas coger tu ritmo hasta pasados unos kilómetros.

Sólo hemos destacado esos dos hándicaps pero creo que son muy importantes ya que hace que muchos corredores que han participado en esta prueba dejen de hacerlo. Tal es mi caso que, después de haber estado en las cuatro últimas ediciones, he preferido no hacerlo en esta ocasión ya que me parece que el dinero que se paga es directamente un sablazo y prefiero destinarlo a otras pruebas (este año el maratón de Valencia, cuya inscripción cuesta sólo 15 € más para el doble de distancia). Seguramente algo parecido es lo que ha debido de pensar mucha gente porque, como decía antes, es muy raro que a principios de septiembre siga habiendo plazas libres cuando en otras ediciones se agotaban al poco de abrir el plazo de inscripción. Creo que la Organización debería reflexionar sobre ello si quiere que la Behobia siga siendo una prueba de referencia en el calendario runner.

Pero, a pesar de ello, sigo manteniendo lo que comentaba al principio del post, es una experiencia que merece mucho la pena vivir.

• El ambiente runner que se respira
• Afición animando a lo largo de todo el recorrido
• Buena organización

• Claramente, el precio excesivamente elevado de la inscripción
• Masificación de participantes. El número de corredores es demasiado elevado
• En algunas ediciones se ha terminado el avituallamiento líquido para los participantes que salieron en los últimos cajones

Organización

 Avituallamientos

 Recorrido

 Atención al participante

 Público

 Feria del corredor