Llega el momento de que salgan las chicas a las 16:00h, 10 minutos más tarde se realiza las salida de los chicos, que se me hacen eternos, entre el calor que tenía con el neopreno y los nervios estaba ya con las gafas empañadas. Bocinazo de salida y todos al agua. La verdad es que en el agua no te das cuenta de nada, pero el paisaje por lo que veo de vez en cuando es precioso con el sol.

Cuando llego a la transición, veo que hay muchísima gente animando. La zona de transición es un poco estrecha y con poco hueco entre bicis,  justo los dos compañeros de mi lado habían salido a la par que yo así que nos toca respetarnos para cambiarnos. Como de costumbre, la transición la hago mal, se me enreda un guante, no encontraba un calcetín…vamos que tengo que aprender más en este sentido porque cualquier día salgo con un guante puesto de calcetín.

Cogemos la bici, 20 kms de puro monte por delante. Los primeros kilómetros son subida constante por camino ancho, la mítica subida al Jarindo. El día es estupendo y la subida no se me hace dura, aunque alguna rampa sí que me deja las piernas un poco tocadas. En un momento de la subida casi en la cima mirando hacia la izquierda había unas vistas impresionantes,de las de foto, un lujo poder ver estos paisajes y disfrutarlos haciendo lo que te gusta. En la cima del Jarindo hay un tramo técnico que si andas un poco justo puede ser duro, pero al final son 500 metros que se pasan rápido. Luego viene una bajada rápida y alguna subida corta, todo el recorrido muy bonito.

Llego al avituallamiento  y toca de nuevo subida, unos 4 kms que se hacen duros por el dolor de espalda, pero sigue siendo un recorrido espectacular. Después de esta subida viene la bajada  final hasta el pueblo, un sendero rápido y sin mucho peligro.

El circuito corriendo son 2 vueltas de 4,5 kms cada una. La primera bajada por las escaleras me pareció un martirio, muy empinada por la cuesta y por las escaleras difícil de bajar, pero bueno eran 100 metros así que sin más. Cojo ritmo y viene una cuesta por carretera bastante fuerte (creo que un 12%) así que poco a poco hasta que acaba y llegamos a una zona de toboganes, luego ya entramos al monte y ahí ya mejor todo, sin cuestas duras y más llevadero.

¡Al comenzar la segunda vuelta veo a un amigo que está acabando ya el tri! Hablamos un rato y me da ánimos para lo que queda. La segunda vuelta no se me hace muy larga tampoco, así que al final echo el resto para acabar cuanto antes y poner una muesca más a mi corta experiencia en el tri.

Llego a meta, la verdad que muy contento por el día y por llegar bien, los ánimos de la gente ayudan mucho a sentirse bien. ¡En meta hay tortillas, sandwiches, sandia, naranja…y CERVEZA!

Como conclusión, me quedo  con que es  un triatlón con una organización genial en la que colaboran varios clubes de triatlón de Vitoria-Gasteiz. Los voluntarios súper amables y animando todo el rato, el circuito de bici muy pero que muy bien; el de correr me pareció con demasiado asfalto (por poner una pega), quizás se podría buscar una alternativa de vuelta única y más por monte. 100% recomendable para todo aquel que quiera probar un triatlón cross en un sitio inmejorable y con una organización de categoría.